Performance participativa donde los participantes cohabitan un espacio con dos personas que les guían a distancia.
Un espacio de croma azul invita a los asistentes a pasear por él, y en unos monitores se les muestra en un entorno digital superpuesto —una habitación, una ciudad, un prado— donde dos performadoras hermanas interactúan con los participantes verbal y físicamente a través de la pantalla, pues se encuentran en otra ciudad. Su voluntad es exploratoria y de improvisación, para lo cual permite a quienes intervienen que se muevan y jueguen en el espacio virtual, al tiempo que desarrollan una interacción telemática con las hermanas en acciones tales como darse la mano. Incluso pueden solicitar visitar otro espacio, que será cargado desde la base de datos e igualmente habitado por las performadoras telepresentes y los participantes presentes en el croma. El espectáculo explora el concepto teórico del cuerpo distribuido digitalmente, es decir, cuya presencia no solo pertenece al espacio en el que se ubica físicamente, sino que puede extenderse a otros lugares donde es percibido por otros gracias a la red.