Reconstrucción a través de Zoom de una producción previa de La tempestad de Shakespeare, buscando mecanismos de interacción de la audiencia.
Debido al confinamiento a causa de la pandemia de covid-19, la compañía, que ya exploraba la trascendencia de las fronteras escénicas tradicionales, remontó a través de Zoom su producción de La tempestad del año anterior. Para ello, acuden a la interpretación de actores cada uno en un lugar, contra fondos y cromas, la inclusión de vídeos pregrabados y otros efectos cinematográficos o visuales, teniendo en cuenta la composición de los planos. El director de producción Giles Stoakley afirmó que incluir la participación del público era crucial para hacer sentir que la producción era en vivo. Algunas de las interacciones fueron: hacer preguntas en una “conferencia de prensa” al inicio, contribuir en el campo sonoro recreando sonidos de animales en una isla o encenderse la cámara cuando creasen algún sonido de fondo. La compañía desarrolló un profundo trabajo de reflexión y dio cuenta del mismo en un detallado informe sobre los hallazgos y la experiencia.