Pieza online de una sola actriz donde sufre un juicio sometido a las decisiones del público.
Una adolescente rusa cuenta la historia de su vida en un orfanato de una ciudad pequeña, y cómo su deseo de ser libre la llevó a cometer un crimen pasional. Desde un «juzgado en Zoom», como reza la compañía, apela a la audiencia, que toma el papel del jurado, permitiéndole decidir si ésta la considera culpable de asesinato. Pieza alojada en Zoom con una única actriz, de la compañía ruso-ucraniana Arlekin Players Theatre, y realizada durante el confinamiento por la pandemia de covid-19. Como otras piezas de teatro virtual, intenta trascender la telepresencia a través de buscar la interacción.