Pieza de realidad virtual en la que varios participantes entran en la vida de un joven iraquí que perdió a su familia.
El autor explica cómo en una visita a Irak conoció a un joven llamado Ahmad, cuya historia recrea a través de la realidad virtual en esta pieza. Cuando Ahmad tenía 13 años, iba paseando con su familia a lo largo de un río, cuando repentinamente fueron atacados por un helicóptero y cinco miembros de la familia fueron asesinados ante sus ojos. Las gafas de realidad virtual introducen al espectador en el cuerpo virtual de Ahman, quien cuenta su experiencia desde sí mismo. Según Koizumi, la pieza intenta crear una experiencia comunal de luto por las víctimas de la tragedia a la vez que una experiencia crítica para cuestionar el estado de nuestros cuerpos en la sociedad contemporánea.